Autoridades solo toman medidas del momento. Frente a los fenómenos naturales.
Moyobamba. La historia que se repite todos los años, una de las falencias de los funcionarios durante una emergencia, son las medidas reactivas, luego se olvidan de la prevención y reducción.
Los desastres son consecuencias de un desarrollo social mal planificado y cero prevenciones.
La región San Martín, constantemente se encuentra expuesta a la ocurrencia de los fenómenos naturales (inundaciones, deslizamiento, flujo de detritos, erosión fluvial y eventos sísmicos), debido a la relación que existe entre los factores condicionantes (características físicas del territorio) y los factores desencadenantes (precipitaciones y actividad sísmica) eventos recurrentes que forman parte de la evolución natural de la tierra, que son procesos cíclicos; lo que ocurrió en el pasado se repetirá en el futuro, no desafiemos a la naturaleza.
Es importante señalar, no somos ajenos a la generación del riesgo de desastres, debido a las actividades que realiza el ser humano, y no a la naturaleza, los desastres los sufren las poblaciones vulnerables que se encuentran asentadas en terrenos inapropiados o expuestos a la influencia de los distintos fenómenos naturales, la práctica de la autoconstrucción y edificación de viviendas e infraestructura conformadas con estructuras precarias y sin asesoramiento técnico, así como la falta de conocimiento e implementación de los procesos de gestión del riesgo de manera integral y transversal para minimizar los impactos que puedan generarse.
Asimismo, entre los factores que contribuyen a la generación del riesgo se han identificado habilitaciones urbanas sin autorización y las que tienen no cuentan con implementación de planes de ordenamiento territorial con enfoque de gestión del riesgo, la falta de una cultura preventiva y educación ambiental, deficiencias que generan afectaciones en la población, alteraciones en los medios de vida, tanto físicos, como financieros, naturales y sociales; generando un gran impacto en el desarrollo en la región.
El ingeniero geólogo Alonso Romero Bobadilla, especialista en gestión del riesgo de desastres, hace un llamado a los funcionarios asumir con mayor responsabilidad, mediante la formulación e implementación de instrumentos normativos, técnicos y programas presupuestales para la estimación, prevención y reducción del riesgo, así como la preparación ante eventos naturales de gran magnitud y atención de emergencias.
Desde las instituciones del Estado, debe promoverse la generación de proyectos de inversión pública, las habilitaciones urbanas y la categorización de centros poblados, mediante la generación de los informes de evaluación del riesgo de desastres (EVAR) y planes de ordenamiento territorial como instrumento de planificación, a fin de conocer los riesgos asociados al espacio geográfico donde nos desarrollamos e identificar medidas de prevención y reducción de riesgos, asegurando la sostenibilidad a través del tiempo, expresó.
Desde las oficinas de gestión del riesgo de desastres de los gobiernos locales, deben reiterar las recomendaciones a la población en general, que eviten ocupar áreas inundables, zonas delimitadas como faja marginal, laderas inestables, barrancos, suelos licuables, y en especial, zonas reconocidas como lugares de riesgo muy alto, no mitigable. “Contribuyamos con el fomento de una cultura de prevención, ante la ocurrencia de los fenómenos naturales”.