Sexagenaria se matriculó en I.E. para aprender a leer y escribir. Ciudadana de Juanjuí se convierte en un ejemplo y un caso digno de resaltar y seguir por otros adultos mayores.
San Martín. Nunca es tarde para estudiar y ello sucede con doña Leonor Díaz Rafael quién a sus 65 años tomó una de las decisiones más importantes de su vida: matricularse en el Centro de Educación Básica Alternativa (CEBA) y empezar su educación desde el primer grado y así aprender a leer y escribir.
La lección de vida de esta ciudadana se ha presentado en el CEBA, Carlos Wiesse en la ciudad de Juanjui, provincia de Mariscal Cáceres, en la región San Martín, donde es un caso digno de resaltar no sólo por la edad de la persona sino por las motivaciones que la lleva a no quedarse sin aprender a leer y escribir.
Ella, procedente de Cajamarca, no pudo estudiar por falta de oportunidades cuando niña y joven y, luego de casarse, tuvo que dedicarse a trabajar duramente con su esposo para criar y educar a sus hijos hasta verlos profesionales y realizados.
Hoy, sus hijos son empresarios dueños de un importante negocio dedicado a la ferretería en la pujante y próspera en la ciudad de Juanjuí.
Ahora que sus hijos son personas realizadas, ella ve la necesidad de apoyarlos en sus negocios, pero vio limitadas por no saber leer bien y no entender las matemáticas.
Por esa razón, con el apoyo de su esposo, sus hijos y una amiga que la animó y acompañó a matricularse, decidió inscribirse en el CEBA Carlos Wiesse, en donde casi todos, son alumnos que no pudieron estudiar oportunamente.
Al principio, sintió un poco de aprehensión pero que, poco a poco, se ha ido acostumbrando y ahora ya siente que es una más en el aula donde realiza sus estudios.
Ella se ha señalado como meta terminar la primaria y la secundaria porque cree que debido a su edad, el tiempo ya no le alcance para llegar a la universidad.
Tiene el pleno respaldo de su esposo que la anima y de sus hijos quienes bromean con ella llamándola la “universitaria”. Es evangélica y congrega en la Iglesia Movimiento Evangélico Mundial y, saber leer, le va a permitir interpretar por sí sola la Biblia, porque antes se la leía su esposo.
En sus oraciones pide a Dios fuerzas para seguir y no desanimarse. Manifiesta que la matemática le parece más difícil y se siente más a gusto en el curso de comunicación.
Dirigiéndose a los jóvenes, sin titubear, les aconseja que aprovechen su tiempo, que aprovechen su edad. Le preocupa que muchos de ellos se dedican a hacer cosas improductivas y sin sentido de futuro.
“Hay que valorar la utilidad de la educación, porque si no tienes educación, estás condenado a trabajar a lo bruto, sólo en la chacra o a veces sólo de peón”, sostuvo.
La dejamos con sus compañeros de clase para cumplir con sus tareas y salimos pensando que mucha gente nos da ejemplos de vida que deben valorarse y que nada está vedado par el ser humano mientras haya fe y voluntad.
Hace algún tiempo se publicó un hecho similar acontecido en la comunidad de Mojarras -en el río Huayabamba, distrito de Huicungo, provincia de Mariscal Cáceres, región San Martín, referido al señor Eleizer Barrera Sarmiento, quien decidió estudiar la educación primaria a los 45 años de edad y creíamos que era el único.
Ahora se sabe que muchas personas de la tercera edad, buscan una oportunidad para poder aprender a leer y escribir y que, en su oportunidad, por diversas razones, no pudieron hacerlo. (Fuente: Andina)