TÓNCHIMA: SILENCIO E INACCIÓN ANTE CRISIS DE UN RÍO VITAL PARA EL DESARROLLO DEL ALTO MAYO Por: 𝐋𝐮𝐝𝐰𝐢𝐠𝐇. 𝐂á𝐫𝐝𝐞𝐧𝐚𝐬𝐒𝐢𝐥𝐯𝐚.
Alto Mayo. Al norte de la región San Martín, se encuentra un importante recurso natural que ha sido durante siglos la fuente de vida y sustento para las comunidades locales. El río Tónchima, que fluye majestuoso a través del Valle Alto Mayo, no solo provee agua para el consumo humano y agrícola, sino que también alberga una
gran diversidad de especies acuáticas que han prosperado en sus ricas aguas. Sin embargo, a pesar de su importancia vital, este río enfrenta una amenaza creciente debido a la negligencia humana y la falta de conciencia sobre su sostenibilidad.
Una de las principales preocupaciones que rodean al río Tónchima es la extracción desmedida y descontrolada de material de construcción (acarreo). La demanda de piedra ha llevado a una explotación indiscriminada del río, lo que viene alterando su cauce natural y provocando la degradación de sus hábitats acuáticos. La
extracción de estos materiales no solo causa erosión de las riberas, sino que también afecta la calidad del agua y reduce la disponibilidad de hábitats para la fauna acuática.
Además, la contaminación generada por actividades humanas, como la agricultura intensiva, la industria y el vertido de desechos sólidos y aguas residuales, ha exacerbado los problemas del río Tónchima. Los contaminantes transportados por las aguas fluviales, como pesticidas, fertilizantes y otros agroquímicos para la agricultura, amenazan la salud de los ecosistemas acuáticos y ponen en peligro la supervivencia de las especies de peces nativos.
La desaparición gradual de muchas especies de peces en Tónchima es un claro indicador de la crisis que enfrenta este ecosistema cuático. Especies como la carachama, bagre, boquichico, shitari, bujurco, sábalo, mojarra, yulilla, entre otros, que alguna vez fueron abundantes en sus aguas, ahora están desapareciendo debido a la degradación de su hábitat y la contaminación del agua.
La pérdida de estas especies no solo afecta la biodiversidad del río Tónchima, sino que también impacta negativamente en las actividades pesqueras tradicionales de las comunidades locales, que dependen de la pesca como una fuente importante de alimento y sustento.
Ante esta situación crítica, es fundamental que se tomen medidas urgentes para proteger y conservar el río Tónchima y su entorno. Es necesario aplicar las normas e implementar políticas y regulaciones ambientales más estrictas que limiten la extracción de materiales de construcción en el lecho y en las riberas del río, y controlen la contaminación de sus aguas. Es imperativo un esfuerzo conjunto y
decidido entre los municipios, la Autoridad Local del Agua, la autoridad Regional Ambiental, las comisiones de regantes, las asociaciones ambientalistas y las organizaciones sociales de base para promover prácticas sostenibles de desarrollo que protejan la integridad del río y fomenten la coexistencia armoniosa entre el
ser humano y su entorno natural.
Hoy más que nunca debemos tener en cuenta que el río Tónchima representa un valioso patrimonio natural que merece ser reservado para las generaciones futuras. Su importancia como fuente de vida y sustento para las comunidades del Valle Alto Mayo no puede subestimarse, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para garantizar su integridad y sostenibilidad a largo plazo. La protección y conservación de Tónchima no solo beneficiará a las comunidades locales y a la biodiversidad de la zona, sino que también contribuirá a la conservación de uno de los ecosistemas acuáticos más importantes de nuestra región.
Foto: Río Tónchima
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