Walter Grundel solo y mal acompañado. Escrito por Edwin Vargas.
El gobernador sanmartinense Walter Grundel la pasa mal. No atina a nada. Si bien tiene a muchos en su entorno -internos y externos- no lo ayudan, al contrario, le sumen en una profunda soledad y desconcierto, porque cada uno tiene sus propios intereses y sus propios miedos. Está sólo y mal acompañado.
Los unos, interesados en lograr sus propósitos -planificados desde antes de la campaña electoral- y los otros, sumisos e indolentes que sólo buscan cuidar su puesto y estar cerca del poder. Unos le mienten, otros le apaciguan: “no pasa nada, tranquilo”. Ambos grupos en comparsa contribuyen para este inocultable desbarajuste en el gobierno regional. Ahí los resultados, y las denuncias contra el GORESAM se incrementan a diario. ¿Habrá alguien honesto y leal que le hable claro y le haga ver la realidad?
Una minúscula muestra de esta magra situación, lo ocurrido hace unos días con los ronderos. Dio la impresión que desconocía todo el asunto de la protesta, por eso, primero se negó a conversar con ellos, pero cuando vio la cosa seria y cuando entendió el porqué de la protesta su actitud fue diferente
Como están las cosas, sus aspiraciones de ser el mejor gobernador de la historia de San Martín se van esfumando. Si no corrige las cosas, ese lindo sueño de una noche apacible se irá convirtiendo en una infernal pesadilla.
No quisiera que se repita con Grundel aquel anuncio premonitorio que publiqué en la portada de la revista Pueblo (004-octubre-21) referido al entonces gobernador Pedro Bogarín. Aquella carátula, textualmente: “BOGARÍN en serios problemas. HORA DE REFLEXIONAR: Está perdiendo el control. Denuncias por presuntos actos ilícitos y protestas por todas partes anuncian un triste final de su gobierno”.
Foto: Walter Grundel solo y mal acompañado